Seguro que a estas alturas todos habéis visto alguna vez al famoso gato chino de la suerte que mueve la patita y que suelen tener los bazares chinos en el escaparate, aunque es probable que no todos sepáis cuál es su origen y para qué sirve en concreto.
Su nombre en chino es Zhaocai Mao, que significa gato de la suerte o de la fortuna, y en japonés (y en general) se conoce como Maneki Neko, que significa gato que invita a pasar o que saluda, y se usa para lo que os imagináis, traer suerte al que lo posea. Las figuras de este famoso gato se colocan sobre todo en negocios para hacerlos prosperar. De hecho, tienen una pata alzada invitando al dinero a entrar, cuanto más alzada de más lejos llegarán los clientes, y en la otra pata suelen sujetar un objeto, el más tradicional es una moneda japonesa llamada koban, aunque también puede llevar otros objetos como un pescado, un corazón, una bolsa de dinero, etc.
También se dice que el tipo de suerte que trae varía dependiendo del color del gato, así el tradicional, que era blanco, negro y naranja, daba suerte a los viajeros, el dorado da suerte en los negocios, el rojo ayuda en el amor, el violeta en los estudios, etc. Además, si saluda con la pata derecha atraerá el dinero, si saluda con la izquierda atraerá a las visitas, y si saluda con las dos, protegerá el hogar.
Sobre el origen de esta curiosa tradición, en oriente no se ponen de acuerdo. Una leyenda japonesa dice que un sacerdote muy pobre vivía con su gata en un templo miserable, cuando un señor feudal fue sorprendido en las cercanías por una tormenta y se refugió bajo un árbol, entonces vio a la gata que le hacía señas para que entrase en el templo, y así lo hizo justo antes de que un rayo destruyese el árbol que le daba cobijo. El señor feudal, agradecido, ayudó económicamente al templo, y la gata a su muerte fue enterrada en su cementerio donde se le guarda culto.
También se cuenta la historia de una cortesana cuyo gato se llevó su kimono jugando, y un hombre al creer que el animal estaba embrujado le cortó la cabeza. Como la cortesana se puso muy triste por la pérdida de su mascota un cliente le hizo una estatua en madera del animal, que pasaría a conocerse como maneki neko.
Los chinos cuentan una historia similar a la del monje: un mendigo anciano vagaba por las calles en un día lluvioso cuando vio un gato blanco y negro que le saludaba con la mano, instándole a seguirle hasta ponerle a cobijo. Para conmemorar la amistad entre el gato y el hombre el anciano hizo una escultura del gato que se volvió muy popular haciendo que ganara dinero.
Sea para traer suerte o no, la verdad es que son unas figuras muy monas, así que merece la pena hacerse con una. ¿Qué opináis vosotros?
Me voy a comprar un gato de cada color!!!! jajajaja! super interesante!!!!!*3*
ResponderEliminarHola Miércoles,
ResponderEliminarno nos extraña nada, son una monada, y si encima dan suerte, ¿qué más se puede pedir?
Siempre que los veía me preguntaba porque tendrían una patita levantada, después de tu explicación me compraré uno sin duda, jejeje. Saludos!!
ResponderEliminarHa sido una entrada muy interesante, no sabía nada sobre su origen
ResponderEliminar¡Besos!
¡Hola Maribel y Teté!
ResponderEliminarNos alegra mucho que os haya gustado la historia del maneki neko ^_^. Procuraremos seguir trabajando para traeros cosas interesantes...
Me ha resultado muy interesante conocer la verdadera historia del gato de la suerte con la patita que se mueve. En occidente se ha convertido en un elemento un poco kitch, pero interesante de decoración
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